Hace un par de días en el coche, buscaba una emisora cuando
me tope con Intereconomia y estuve
escuchándola un rato; tanto la radio como el canal de TV tienen los mejores
programas de humor que hay ahora mismo, es verdad que esto del humor es muy
personal, pero yo me rio mucho con esta gente, ya sea en los informativos o en
los programas de opinión; antes era muy de Jimenez Losantos, que es un
humorista muy fino, pero debo reconocer que Intereconomia le supera en cantidad
y en la calidad de sus monólogos.
Esta cadena de TV atraviesa dificultades económicas y sería
una pena que cerrara el único canal temático de humor que tenemos en España; ya
que vamos a dar 20.000 millones a Bankia, por muy poquito más salvamos a la
cadena.
Volviendo a la radio, cuando sintonice la emisora, estaba
hablando un analista de bolsa, al final de su intervención, la conductora del
programa le pregunta por la caída de las acciones de Facebook, el interfecto
opina que la valoración de la empresa era exagerada ( casualmente estoy de
acuerdo), pero dice que tampoco es relevante insistir en ese tema porque
Facebook cerrara pronto, ya que, y cito textualmente, “yo entro en facebook y me aburro mucho” ; con semejante argumento el analista de la
bolsa, vaticino el fin la red de redes, una empresa con más de 900 millones de
perfiles en todo el mundo, estandarte del Social Media y de lo que se conoce
como la Web 2.0, se va a hundir porque a este personaje le aburre.
Si me lo permitís (y si no también), acudiré a un silogismo y
yo podría decir que la bolsa me aburre mortalmente, la religión también y
algunas llevan miles de años funcionando, pensar que lo que a uno no le gusta o
le aburre no tiene futuro es peregrino, además decirlo en antena es atrevido
como poco.
Un analista de bolsa es como un economista, son profesionales
que te explican porque han pasado las cosas, pero nunca predicen lo que va a
pasar, este señor en concreto, que parece que tiene la bola mágica, tenía que haber
avisado a Nokia o Motorola de que perderían su lugar en el mercado de los móviles
(a Nokia le ofrecieron la tecnología de pantalla táctil hace años y no la
quiso), o haber advertido a Kodak de que la fotografía digital era el futuro, así
no estaría en quiebra ahora mismo.
De todas formas el comportamiento del analista está muy extendido
en la sociedad española, y me refiero a la costumbre que tiene todo el mundo de
hablar y opinar sobre publicidad; a mí en la vida se me ha ocurrido opinar
sobre cómo se pilota un Airbus o sobre las nuevas técnicas de neurocirugía;
tengo un amigo arquitecto que si me escuchara poner en duda los coeficientes de
carga de distintos materiales, me mandaría de viaje, muy lejos.
Pero el marketing, la publicidad y sobre todos las redes sociales
tienen ese aire de cercanía al gran publico que hace que todo el mundo se crea
profesional del tema y no solo opine
sino que haga predicciones como es el caso del analista de bolsa.
Ahora después de mis estudios de periodismo, mi de 22 años trabajando en publicidad, los últimos
en Marketing Digital y Social Media , me entra la duda de si esto es una profesión
o un pasatiempo que cualquiera puede poner en marcha.
De todas formas no debería prestar tanta atención a la predicción
del analista de bolsa, ya en el 1927 H.M Warner, cofundador de los estudios
Warner Brothers, rechazo un sistema de sonorización de las películas con este
argumento, “Quién demonios quiere oír a los actores hablar”.
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